¿Cuáles son y cómo operan los determinantes del fracaso escolar? Replanteando las políticas públicas para el caso de España y sus regiones
Resumen
El fracaso y el abandono escolar son quizá los síntomas más significativos de la falta de éxito del sistema educativo. El hecho de que, en España, hubiese un 24.4% de fracaso administrativo y un 19% de AET en 2016 (según el Ministerio de Educación y Eurostat, respectivamente), y que casi uno de cada cinco estudiantes se sitúe por debajo del nivel 2 en PISA 2015; tiene importantes consecuencias individuales y sociales al comprometer la generación de capital humano y reducir significativamente las oportunidades de los jóvenes en relación con su futuro en el ámbito laboral. En este trabajo se discuten y ponen en perspectiva para el caso español los diferentes enfoques sobre el fenómeno del fracaso: desde el tradicional, que lo plantea como la no consecución de un título educativo mínimo obligatorio; a aquellos que lo vinculan con el no haber desarrollado un aprendizaje mínimo correspondiente a un nivel predeterminado, lo que supone mostrar unas cualificaciones insuficientes al no disponer de las habilidades necesarias para el futuro en el mercado laboral. Sin embargo, estos resultados son la consecuencia de un variado número de factores, que actúan a escala individual, del contexto y local-regional que muestran la diversidad de determinantes del bajo rendimiento educativo de un joven de 15 años utilizando los datos del informe PISA de la OCDE. Factores que tienen una intensidad desigual de acuerdo con los distintos umbrales utilizados (bajo y muy bajo rendimiento) y con los distintos ámbitos de aprendizaje. Lo anterior sirve de base para el debate sobre la eficacia de las políticas públicas relativas al fracaso escolar y su excesivo grado de homogeneidad. Generalmente, se han centrado más en el fracaso ligado al abandono descuidando el fracaso sobre la base del bajo rendimiento y han estado más centradas en los determinantes relacionados con las escuelas, y, en menor medida en aspectos relativos al individuo, la familia o el entorno. Sin embargo, los resultados de esta contribución parecen sugerir que, cuando hablamos de bajo rendimiento y, en especial, de muy bajo rendimiento, el desarrollo de acciones más focalizadas podría ofrecer mejores resultados y combatir, de manera preventiva, el abandono escolar.

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